Insensibilidad Congénita al Dolor. Estos desórdenes genéticos afectan al sistema nervioso autónomo; que es el que controla la presión sanguínea, el ritmo cardíaco, el sudor, el sistema sensorial nervioso y la habilidad para sentir el dolor y la temperatura.
Existen unos cien casos documentados en Estados Unidos. Ante cualquier acto que en personas normales provocaría dolor (como clavar una aguja, o morderte la lengua) no provoca ninguna sensación dolorosa en aquellos que poseen esta insensibilidad. Como consecuencia de esto, suelen morir más jóvenes por traumatismos y lesiones varias al no sentir ningún daño. Deben estar bajo supervisión en edades tempranas para que no se lesionen ellos mismos.
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